ENTREVISTA: El Negro RockSteady

Luego de presentar su primer disco en el bar “La Previa” de Isidro Casanova, fuimos recibidos por Cristian, Emiliano y Gerardo (voz/guitarra, Bajo y Batería, respectivamente) en su sala de la zona oeste, donde nos detallaron particularidades de su modus operandi auto-gestionado. También hubo tiempo para que nos contaran acerca del nuevo disco que están preparando, así como también del “ambiente” del under.  

-Presentaron su primer disco. ¿Hace cuánto anda dando vueltas?-

Cristian: Lo grabamos hace tiempo en verdad y fue terminándose muy de a poco, muy de a poco. Trabajamos para conseguir la plata, bien under. Pensamos que muchas veces hay que fijarse uno como hace el camino sino no a donde llega. Hay que empezar bien de abajo y que cuando estés un poquito más arriba saber lo que era trabajar ahí abajo para no creerse algo más que otros. Ahí es donde se valora…por eso la experiencia, el paso a paso, tranquilo y relajado. No hay que volverse loco, querer llegar a algún lado.  Muchos dicen quiero llegar, a donde querés llegar? Yo ya llegue a donde quería estar y de ahí en más uno quiere progresar para estar con más tiempo para componer, para estar con los músicos y crear diferentes rimas para dar un mejor un show. Para eso se necesita el tiempo y el tiempo es dinero. Lo que uno invierte en grabación cuerdas y ensayo siempre termina siendo dinero.

-¿Hay algún mensaje político o social en el disco? ¿Apunta en alguna dirección?-

Cristian: En principio, es político porque todo es político. Si vos haces un tema que hable de amor y todos los temas hablan de eso en si estás haciendo algo político porque te estás refiriendo a algo que tiene que ver con eso. Hay muchas cosas, el arte es abstracto. A mí no me gusta criticar a nadie pero lo que hago en si puede ser que sea muy político porque lo que me sale de adentro siempre es la bronca de la gente y no es que me sale de ahora ni de hace 3 o 10 años. Me sale hace más de 25 años. Entonces me doy cuenta que la bronca que tuve ayer se repite cada 5, 10 años y termina siendo cada vez más real el tema y como que uno lo va teniendo más en la sangre, uno dice muchas cosas, cuando canto no digo cualquier cosa. 

Siento que estoy diciendo algo y a la vez siento el respaldo de la gente que esta atrás. Si alguien me dice esto no me va, bueno me lo tiene que decir y listo yo lo cambio pero cada frase que está, está bien puesta y diciendo algo en particular. Por ahí el mensaje uno lo entienda de una forma y otro de otra y a veces es jodido andar explicando a la gente que significa cada parte del tema, es engorroso. Hasta donde vamos, esa es la pregunta en realidad. Quienes somos, ya sabemos quiénes somos...somos unas larvas. A dónde va el ser humano en sí no importa. Nosotros pensamos en ese que va a venir allá o realmente codiciamos lo que tenemos ahora ¿y no pensamos en nada más?, no importa el futuro si vos vas a morir en 70 u 80 años o menos, ¿qué importa el futuro? Entonces es hacer mierda todo. Por ahí es romper las bolas, nosotros decíamos: mientras viva, ¿cuánto me queda? Voy a romper las bolas. Hay que dejar algo.

-¿Es un disco totalmente auto-gestionado?-

Gerardo: Es independiente, nos falta obviamente la difusión y distribución pero tiene mucho trabajo. Más allá de todo lo que es el disco en sí, es el laburo que nos costó hacerlo, lo que hicimos para juntar cada peso y poder pagar cada cosa que eso significó que el disco es muy importante para nosotros, por eso le dedicamos mucho tiempo. Estamos pensando en grabar una segunda parte que está bastante avanzada y dentro de poco lo haremos.

-¿Se puede contar algo sobre esos nuevos temas?-

Cristian: Estamos experimentando entre todos, creando…uno trae una idea, otro otra idea y va saliendo. Todo va ir cambiando igual. Esto empezó de una forma y fue mutando. Esto es otra evolución y va seguir evolucionando porque somos muchos y todos tienen ideas y todos quieren expresar y esta bueno que todos quieran expresar lo que sienten. Encima la música está abierta a todo, no estamos cerramos a un genero, tampoco nos molesta, no es que lo hacemos por tirar varios flancos sino que lo hacemos porque nos divierte. A mí me divierte escuchar bosa nova, reggae, rock, heavy…también tuve mi época punk, también escuche música electrónica y ahora ya está, escucho lo que venga. Todos tenemos prejuicios pero hay cosas que aunque están bien hechas no me gustan.

-¿Qué piensan de la movida under del oeste?-

Emiliano: Creció en el sentido de la cantidad, cada vez hay más bandas pero veo menos solidaridad ahora que antes pero bueno es una cuestión más personal. Antes era más a pulmón y ahora está todo mas en pago para tocar en cualquier lado, pago y pago. Hay menos esfuerzo y que todo este armado, pero del 2000 para adelante es así, antes era todo a pulmón.

Gerardo: El under está muy latente y más activo que antes. Hoy con tantas bandas que salen de golpe uno no termina de escuchar una banda que sale otra, es más complejo. Es más fácil editar un disco está claro eso pero también es más difícil llegar a algo que uno quiere. Pienso que cada uno le tiene que dedicar su tiempo y su momento a lo que hace para que esto salga adelante. Independientemente uno, hoy que hace las cosas después de tantos años es como un hobby pero también es una responsabilidad y le mete y hace lo que tiene que hacer: ensayar, tocar y ser responsable para no fallar.

-¿Cómo definirían su música?-

Cristian: El disco trata de reflejar el show de la banda pero en vivo hay algo extra que es lo visual. Ves un grupo de personas, que a veces somos 10 o podemos ser 8 o 12 y todos ordenadamente tocando, cada uno en lo suyo pero también haciendo su parte actoral. Siempre con un mensaje variando los ritmos, siempre también bailable para la gente que le gusta bailar y por parte bastante rock para los que les guste escuchar algo con distorsión y solos. Viene variado el asunto y el disco refleja eso, justamente porque empieza con un tema a los palos pero se termina volviendo  un ritmo medio latino y después hay reggae…o sea baja, después vuelve a subir con un tema rockero después baja…hay un ska. Pasa por diferentes ritmos, pero uno siempre bailando también todos esos diferentes ritmos. No es un collage sin forma, esta todo hilado.

-¿Cómo se manejan con eso de pagar para tocar en ciertos lugares?-

Gerardo: Inevitablemente, las bandas que son conocidas y con ediciones grandes pretenden cobrar un caché y eso se paga con las bandas chicas. Siempre que haya un tipo que organice eventos va a pasar y eso es imposible manejarlo desde las bandas del under. Nosotros, la verdad que tratamos de que no sea así, no queremos pagar para tocar así que yo estoy totalmente en contra de que una banda under tenga que pagarle a una banda conocida para tocar, es ilógico e irracional porque la banda conocida también fue under en algún momento y me parece injusto pagar para bancar a alguien. De hecho organizamos eventos ayudando a las bandas para que nadie pague el sonido y haciendo una movida para que las bandas under tengan su lugar en este ámbito que es tan difícil.

-¿Cómo se llevan con “esos productores” del under?-

Cristian: Para nosotros por ahora esa relación no existe. La onda es divertirse, juntarse. Me enteré una vez leyendo que Sadaic se había creado por un tipo llamado Enrique Santos Discepolo y otros músicos más de tango de la época que iban a un bar a comer, pagaban y tocaban unos tangos. Un día comieron y no pagaron la cuenta, entonces vino el mozo y no les cobro tampoco porque le parecía muy de cara rota. Entonces los chabones crearon el sindicato de músicos, después quien lo tomó es como quien tomó el comunismo, no importa ya…el que lo tomo lo hizo pelota como todo. La anécdota va a que porque tenés que pagar si vos estas dando un espectáculo, estas llevando tu gente. El tipo está vendiendo, que también tiene sus derechos y lo comprendo trabaja y quiere mantenerlo pero uno necesita de esos lugares para tocar, tampoco uno está en contra. Pero lo que uno tiene que comprender es que nosotros estamos dando un servicio, estamos tocando música.Vos nos tenés que pagar y si no nos pagas no nos cobres nada, dejanos la puerta.

Todos los lugares terminan dejándote porque terminan comprendiendo que es así. Hay gente que se desespera a veces y hay que estar tranquilo. No hay que pagar por tocar, es como uno haga el camino. Nosotros lo hacemos diciendo algo e intentamos hacer justamente eso, meternos en lo que decimos. Mantengámonos por nuestra propia cuenta, hagamos remeras, esténcils, cd´s, tratemos de vender las cosas y con eso pagar una grabación o parte de una grabación y aparte nuestro trabajo. Uno tiene que hacer valer el trabajo que hace, mas allá de que a todos nos gusta el arte. A mí me encanta componer y tocar pero eso no significa que me voy a bajar los pantalones. La historia es entrar a los lugares y hablar bien y si te dicen que no está todo bien otra vez será y quizás otra vez es. El arte es corto en parte y nos conocemos todos, somos los mismos de siempre como dice La Renga. Siempre terminas tocando en todos los lugares, tarde o temprano lo vas a hacer y no hace falta que pagues nada. Si querés tocar con tal banda vas a tocar con ellos y no vas a poner un peso y te van a llamar…pero de a poco.

-¿Comparten alguna filosofía?-

Cristian: Trabajamos para el rock, la vida es una sola y hay que disfrutarla y siempre hay que hacer lo que a uno le gusta. Muchos buscan la felicidad y la felicidad son esos pequeños momentos que se van dando. Hay que ir buscándola, hay que sembrar y eso va creciendo. Hay que tomar las cosas con calma. Hay muchas bandas en el barrio, en Argentina, en Buenos Aires y en todos lados y a veces muchas quieren llegar y sin importar como. A veces es mejor hacer el camino tranquilo, firme y proponerse metas, pero no tratar de querer triunfar y llenar un estadio si no de ser uno primero, ser original, saber quien sos, que haces. Creo que eso es lo principal: divertirse con gente conocida, amigos del barrio…gente que siente igual que uno y después las cosas se van dando como en cualquier ámbito. En los barrios la gente la pelea y las letras salen de esas peleas muchas veces.

-Por Mauricio J. Aguilera-