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martes, 14 de febrero de 2017

ARTE: El Poder por Raúl Berón (Nebel)

Raúl Berón es un artista plástico, muralista y estudiante de artes visuales ademas de tatuador quien reside en la zona oeste del conurbano. Para poder ver más sobre sus obras podes hacerlo en: Nebel (click al sitio).
En ésta oportunidad, nos expone parte de su trabajo en una serie llamada "El Poder", la cual viene acompañada de un texto explicativo de las mismas. Las obras fueron hechas sobre hojas de registro con tinta china y acuarelas.
(haciendo click en las imágenes podés verlas en grande)



Frente a la continua amenaza del fenómeno creciente de la concentración
del poder en las organizaciones de la sociedad moderna, considero necesario a través de
mis obras transmitir que la realidad es aterradora y que los efectos de las construcciones
humanas que escapan de todo control y emplean métodos educativos y destructivos en la
personalidad individual y colectiva.
 El término poder, como sinónimo de fuerza, capacidad, energía o
dominio.
En política y sociología, el poder puede ser percibido ocasionalmente como hegemónico
y autoritario, aunque el ejercicio del poder de una manera o de otra es aceptado en todas
las sociedades humanas. Tomando como referencia las ideas de Michel Foucault, quien
ve al poder como "una compleja situación estratégica en una determinada sociedad”
donde la fuerza por medio de la violencia, la autoridad delegada democráticamente, el
adoctrinamiento de las instituciones religiosas, el creciente avance del consumismo y
los medios de comunicación que fomentan el marketing haciendo que esto favorezca
a una barbarie que no cuestione el sistema de dominación. Por eso es importante destacar
el concepto de poder que sostiene Max Weber donde está relacionado a la de dominación,
es decir que ejercer una autoridad sobre un grupo social determinado y encuentra un
grado de obediencia.
Por otra parte, al decir de Paulo Freire, el poder debe alojarse en la cabeza del
dominado y llevarle a considerar como natural lo que desde el nacimiento se le está
imponiendo.
Para Marx, los hombres son guiados de manera más adecuada por la razón, y la religión
es un obstáculo para el pensamiento racional. Marx concebía la alienación como
elemento central en un sistema de desigualdad social. El antídoto de la alienación es la
libertad que se expresa a través la posibilidad de elegir.


A la condición de mutua alienación la sociedad capitalista autojustifica ideológicamente
por parte de sus actores económicos, el egoísmo material que contribuye a la hegemonía.
La religión aparece como una poderosa fuerza conservadora que consolida y perpetúa el
rol dominante de una determinada clase social. La abolición de la religión en tanto que
es felicidad ilusoria, es la condición necesaria para poder alcanzar la felicidad real.
Para analizar la estructura del poder de una sociedad es necesario identificar la tipología
de los actores y su relevancia, las dinámicas que rigen las relaciones entre estos, los
recursos de poder de que disponen, así como su respectivo peso en la sociedad.
Respecto a los actores, la creación de jerarquías conlleva inevitablemente la división de
los miembros de la sociedad entre gobernantes y gobernados o, como se define en nuestro
marco teórico, entre élites y población. La base de la pirámide social generalmente está
sometida a las decisiones de las élites, excepto en momentos puntuales en los que se
convierte en actor. La división entre élites y población se fundamenta en los distintos
objetivos e intereses que guían a cada uno de los grupos.
Por otra parte, el interés de las élites debe definirse en términos de poder y su
competencia por el control de recursos de poder, ya sean estos políticos, económicos,
informativos, coactivos, ideológicos, o de cualquier otro tipo. Respondiendo a este análisis,
nuestra concepción del poder está ligada al propio proceso competitivo, y se entiende que
el poder acumulado es un poder efectivo en la medida en que es útil para acumular
más poder.

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